domingo, 5 de mayo de 2024

Historia | Juegos de azar en la Antigüedad

Los juegos de azar nos han acompañado desde principios de nuestra historia, pasando por distintas etapas. En Roma eran bien conocidos y de hecho las leyes los prohibían por ser considerados como moralmente decadentes. El motivo era que el juego de azar iba asociado al dinero y las apuestas. 

Juvenal, el famoso poeta romano, lo definía como:

"¿Cuándo los juegos de azar agitaron más los ánimos? Pues no se acude ya a la mesa de juego con una simple bolsa: se apuesta con el arca al lado. [...] ¿No es una locura perder cien mil sestercios y no dar una simple túnica a un esclavo que se muere de frío?" 
(Novillo López, 2023)


En el Imperio había muchos juegos de azar que en ciertas ocasiones se debían practicar a la sombra de la ley. Hoy haremos un repaso por estas actividades tan lúdicas y lucrativas que a día de hoy se siguen practicando con distintas variantes:
  • Par e impar. Los jugadores guardaban en su puño una determinada cantidad de huesecillos o guijarros. A continuación, debían adivinar si el oponente tenía un número par o impar, a la vez que se podía apostar por la suma de piezas que había en juego. 
  • Capita aut navia [Cabezas o naves en español]. Un jugador lanza al aire un as de bronce y el resto de jugadores debían adivinar (es decir, apostar) si la moneda mostraba la cara Capita o la cara Navia. Este es el equivalente a Cara o Cruz de nuestra época. 
  • Las tabas. En la ilustración de la derecha se puede ver una estatua de una mujer romana jugando a las tabas en el suelo (ubicada en el Museo Británico de Londres; extraído de Novillo López, 2023). Las tabas son huesos de pie (astrágalos) de forma rectangular en la que cada lado era de una forma distinta. Las tabas siempre caen horizontalmente puesto que las bases son romas. Los jugadores lanzan cuatro tabas al aire. A continuación, se apuesta por las caras sobre las que caerán al suelo. La tirada más baja se la conocía como Buitre (todas las caras son iguales) y la más alta era Venus (todas las caras son distintas). 
En sus orígenes las tabas se lanzaban con la mano, pero puesto que los jugadores podían hacer trampas, se empezó a emplear el fritilus (cubilete).

 

  • Tesserae. Esta palabra latina hace referencia a los dados. Se trató del juego más popular de la Antigüedad y se solían construir de hueso, marfil o incluso metal. Cada uno de las seis caras de un dado estaba marcada del uno al seis. Al igual que en las tabas, se lanzaban con un fritilus (cubilete) tres dados y los jugadores, antes de ver el resultado, debían apostar por el número total.
  • Micatio. Es una variante del juego de dados explicado anteriormente. Se jugaba por parejas y consistía en adivinar el número total de dados en una tirada.


De acuerdo con lo que hemos mencionado al comienzo de esta entrada, los juegos de azar eran muy populares pero estaban controlados por las autoridades. El juego de azar solo estaba permitido a finales de diciembre, durante las fiestas Saturnales. Durante el resto del año, los ediles de cada municipio debían velar porque estos juegos no se practicasen. De hecho, a nivel particular se podía denunciar a una persona que incumplía la ley a través de la actio de aleatoribus. Dicha ley obligaba a pagar cuatro veces la suma percibida por haber ganado un juego de azar (fuera de las fiestas Saturnales). Por supuesto, la ley para la ciudadanía trajo consigo un negocio turbio y ensombrecido. No era de extrañar, por tanto, que en la trastienda de las tabernas hubiese auténticas casas de juego de azar, asociándose a prácticas tan éticamente cuestionables como la bebida y la prostitución.

Estas restricciones solo se aplicaban a los ciudadanos medios, siendo la élite de la sociedad romana, incluyendo a nombres como los emperadores Tiberio o Nerón, la que más horas pasaban con estos y otros juegos de entretenimiento. Por poner un ejemplo de esta práctica, el emperador Claudio solicitó construir su carruaje con mesas de madera para que durante sus trayectos pudiera seguir jugando.


Sin lugar a dudas, el juego de azar estaba presente en la vida romana, moviéndose gran cantidad de dinero (enriqueciendo a unos y empobreciendo a otros). No obstante, a pesar de la gran cantidad de flujo de juego y debido a la normativa, pocos fueron los estudios formales del azar durante esta época de grandes gestas, conquistas, batallas y avances técnicos. 


Fuente bibliográfica

Referencia en estilo APA-7: 
  • Novillo López, M. A. (2023). El juego, mucho más que un pasatiempo para los romanos. Historia de National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es

 Jacob Sierra Díaz y Alti

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